En las últimas décadas el despertar espiritual y la oferta de los caminos para alcanzar la realización personal y la iluminación se han multiplicado tanto que, en lugar de convertirse en un camino claro y luminoso, han hecho caer a las personas en un laberinto de problemas mentales, fanatismos, obsesiones y la ruptura de la brújula interior que hacen que pierdan definitivamente el norte.
La Espiritualidad NO es un sustituto al psicólogo, el psiquiatra, el médico y otras tantas áreas que debemos trabajar también para poder complementar nuestra búsqueda de la identidad y sentirnos en paz con nosotros mismos y en coherencia con la vida.
Actualmente hay mucha gente que se cree con la posesión de la verdad absoluta, se sientes Dioses en la Tierra sin necesidad de aprender, de leer ni de recibir nada de nadie, encerrándose en su propia catacumba de velas, seguidores y antipolillas.
Cuando alguien se adentra en el mundo espiritual o del desarrollo humano sin tocar las otras áreas importantes de la existencia, caen definitivamente en la trampa del Ego espiritual, del endiosamiento humano y multiplica por 1000 las carencias emocionales y psicológicas que se sustituyen en forma de problemas personales, alejando del entorno a los amigos y familiares y produciendo ceguera para ver que se necesita ayuda, negándose a escuchar a los demás que, desde su punto de vista por supuesto, están perdidos y confundidos por no comprender su alto estado evolutivo y sagrado.
No se trata de hacer una terapia, formación o curso espiritual para sustituir las carencias sino de encontrar herramientas que nos ayuden a solventar los conflictos y el daño creado por los años y las personas que han rasgado el Alma de quien se cruzan en la vida que atacan con sus mezquindades siempre vestidas de bendiciones.
Pasamos por una etapa donde se están multiplicando las sobras y nieblas interiores que hemos escondido durante años con el fin de que salgan a la superficie y sean sanados. En caso de florecer y no ser tratados, éstos nos “poseen” e intentan dominar nuestra vida, generando más problemas que soluciones y sustituyendo a los Seres de Luz por oscuras e indefinidas presencias existentes sólo en lo más profundo de aquellos que se han perdido.
No se trata de buscar culpables o verdugos, se trata de saber que incluso en la búsqueda del camino nos vamos a encontrar con sendas equivocadas, “maestros” incoherentes e informaciones inútiles y detectar esos callejones sin salida para poder retroceder y regresar al sendero es sin duda, la mejor de las virtudes de la conciencia.
Aunque equivocarse de camino forma parte del propio viaje, un@ debe darse cuenta a tiempo antes de que ese camino convierta a la persona en un problema para sí mismo y para los demás, porque ya sabemos que hay seguidores hasta para lo absurdo.
Hay que recuperar los valores principales de la convivencia, el sentido común, el amor, la paciencia, el perdón, la sabiduría, el humor, el conocimiento y los valores humanos, ayudando y dejándose ayudar, hablar y escuchando, dando y recibiendo, si deseamos ayudar y ser ayudados. Todo lo demás no es Luz, solamente enfermedad y confusión maquillada de peligrosa divinidad.
Siempre hay que recordar tener las alas lo más cerca del Cielo y los pies lo más cerca del Suelo.
Todo lo demás es pura enfermedad y agravamiento de algo que ya estaba en el interior y que ahora ha brotado bajo la falsa apariencia de ser un Dios encarnado, creyéndose un Gurú para los demás, pero siendo en realidad un desastre y caos para un@ mism@...
Prof. Denis Astelar
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