Cada día, desde el momento de despertar hasta que regresamos al hogar, nuestra vida se compone de pequeños encuentros y relaciones que marcan en menor o mayor medida el nivel de plenitud personal que experimentamos en nuestro interior.
Desde la persona que nos hace un café en el bar hasta aquella que te saluda en la oficina, forma parte de un conjunto de Almas que por alguna razón han pactado formar parte de tu historia mientras viajas por la Tierra.
Es importante tener en cuenta que cada Ser puede hacer que nuestro día se llene de colores o puede convertir el cielo en un manto de lluvia y truenos porque cada uno proyecta al exterior aquello que guarda dentro de sí mismo.
Seamos cada día el mejor Sol que seamos capaces de crear en nuestro entorno para llenar de Luz a todos aquellos que entregan una parte de su vida para estar contigo. Una sonrisa, un abrazo, una palabra amable o dedicar 3 minutos a escuchar una inquietud de otros puede ser una gran diferencia que marque para siempre la vida de ese individuo.
Nunca hay que olvidar que detrás de cada vida hay una historia compuesta de dramas, pérdidas, traumas, sueños, tristezas, decepciones, aspiraciones y sobretodo miedo, en ocasiones en altas dosis. En cada encuentro con los demás, tenemos la excelente oportunidad de hacerles ver que después de la tormenta siempre puede volver a salir el sol y sin duda ese acto es el más hermoso que se puede realizar mientras formen parte de tu historia.
Aprende a respetar, amar, sonreír, ser amable y servicial. Con el paso del tiempo recibirás de los demás esas mismas bendiciones y será en ese momento cuando el mundo renacerá de nuevo y todo lo difícil se hará más ameno.
Es lo único que tenemos, lo único que nos queda y lo único que nos llevamos al otro lado...
Prof. Denis Astelar
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