Muchas veces me pregunto:
¿Cuál será mi Legado?
La respuesta a esa pregunta parece simple, pero en realidad nos la complicamos nosotros mismos por exigirnos más de lo que el propio Universo nos pide.
Me considero un buen padre, hijo, marido, amigo, persona, pero sobre todo una Luz aquí y ahora.
Soy mis enseñanzas y tu sonrisa.
Soy mis conferencias y tu crecimiento.
Soy mis libros y tu liberación.
Soy mis reflexiones y tu expansión.
Soy mis destinos y tu despertar.
Soy mis decisiones, triunfos, fracasos, aprendizajes y éxitos.
Cada día intento llegar al corazón y rozar el Alma de aquellos que me encuentro en este viaje, del mismo modo que lo hicieron aquellos a los que encontré en el pasado y consiguieron tocar la mía, algunos para acariciarla, otros para lastimarla, pero sin duda alguna todos vinieron para hacerme más fuerte, más consciente, más sabio y más humano.
Vivo para dejar mi huella, transmitiendo a los demás lo que el Universo me entregó, me entrega y me entregará desde el libro de la vida para lograr transitar por aquellos caminos que realmente son importantes y que dan sentido a la razón de nuestra existencia humana.
En este día, frente a las velas encendidas, espero ilusionado que se cumplan aquellos deseos que mi aliento transporta mientras soplo: simplemente deseo recibir aquello que intento dar en todo momento; Amor.
Algunos ya llegaron a mi vida y siguen su camino, otros estamos disfrutando en este momento de nuestro peregrinaje juntos, y otros están a punto de llegar a mi vida para reencontrarnos una vez más tal y como dejamos escrito antes de descender.
Pido perdón a aquellas personas que se hayan sentido alguna vez dolidos por Mi, puedo prometer que en ningún caso fue mi intención. A aquellos que se hayan sentido decepcionados sólo puedo decir que lo siento profundamente. También deseo dar las gracias a todos los que valoran mi trabajo y sólo me queda decir “te amo” de corazón a todos los que, de una u otra forma, dan sentido a mi existencia.
No soy perfecto, nadie lo es, pero no se trata de ser perfecto sino de ser feliz, alcanzando el final más difícil que nos llevará a la meta de donde salimos desde el principio de los tiempos: ser uno mismo.
En realidad no recuerdo cuánto tiempo me queda en la Tierra, aunque haya fijado yo mismo el día y la hora de la partida, pero tengo muy claro que estuvimos en contacto antes, ahora y lo estaremos siempre, porque nuestro vínculo está sujeto a la fuerza de las estrellas y al pack de nuestras Almas.
Hasta que llegue ese día, gracias una vez más por estar ahí, porque vuestra presencia es el motivo de levantarme cada día, vuestra sonrisa es el combustible de mi espíritu y vuestra paz es la razón de mi camino.
Prof. Denis Astelar
4 de Enero de 2018