La mayoría de personas que caminan por el sendero de la vida van buscando su propósito a través de copiar y seguir los pasos ajenos e intentando, fracasando una y otra vez, imitar el camino de otros con la esperanza de encontrar el suyo propio.
Durante el tránsito de este camino basado más en la imitación y el autoengaño que en el encuentro real de un@ mism@, se van perdiendo valores que son elementales para preservar la verdadera esencia de tu Alma (seguridad, esperanza, confianza, alegría, amor, placer, ilusión, autoestima…)
Uno de los rasgos esenciales para el éxito de cada uno de nosotros suele extraviarse demasiado a menudo y es lo primero que te es arrebatado cuando entras en el camino particular de otros distrayéndote del tuyo propio: la Autoestima. Este poder vital nos ayuda a construir nuestra propia senda basada en aceptarnos tal y como somos sin importar realmente quiénes somos. Es la base primordial que te ayuda a comprender que cada Ser es único e indispensable para la realización de un Gran Plan y que en realidad cada persona es una pieza de un puzle en el que cada cual tiene su función, misión y razón de ser.
Cuando se pierde la Autoestima, nos adentramos en un espiral que arrasa con todo y que es capaz de hacerte perder incluso todo lo que ya habías conseguido en el pasado, arrinconando todos tus logros en el recuerdo y reprimiendo tu poder personal hasta el límite de anularte totalmente.
La prioridad número uno en tu vida debe centrarse en recuperar tu autoestima y volver a tu centro interior sabiendo que el Universo te ha traído aquí porque eres importante para la realización de una misión cuyo vínculo incluye a todas los seres y cosas. Debes empezar a mirar tus pies y a seguir tus propias huellas sin la necesidad de saber realmente hacia dónde te diriges y con la confianza absoluta de que vas guiad@ en todo momento.
Abandona definitivamente la intención de querer saber todo lo relacionado a tu destino (de dónde vengo, qué hago aquí, hacia dónde voy, qué don tengo, por qué soy como soy, etc.) y entrégate totalmente al Destino.
Si escuchas tu corazón, atiendes tu voz interior y eliminas los suficientes ruidos exteriores, lograrás sentir la paz y entonces sabrás que estás en el camino correcto, en el lugar adecuado y con las personas que tienes que estar, de momento, hasta que un ciclo nuevo se presente y tengas que cambiar de nuevo de ciclo.
El sufrimiento no nace de los cambios sino de la resistencia a ellos. Es normal que cuando vienen cambios y ciclos nuevos te sientas confus@ y perdid@ pero todo ello desaparecerá cuando se haya elegido caminar de nuevo sin resistencias. Cuando el ciclo con una persona o tarea se terminan y te resistes con todas tus fuerzas al cambio, es cuando el sufrimiento entra en acción para ayudar a darte el empujón final que necesitas para seguir evolucionando, siempre por y para tu bien, aunque realmente cueste de comprender y de asimilar.
Si deseas mantener la autoestima con una buena salud, lo primero que debes evitar es compararte con nada ni con nadie. Siempre que nos comparamos, nuestra autoestima desea complacer nuestros deseos y entregar una respuesta mental que en algunos casos se resuelve de forma positiva sintiendo superioridad frente a lo comparado, pero, en muchas otras ocasiones, la respuesta a esa comparación es el sentimiento de inferioridad que sin duda te mantendrá bajo un estado de vulnerabilidad, miedo e inseguridad. Ambas sensaciones no benefician en nada al estado interior y mantienen en un estado eterno de “ganador” o “perdedor” frente a todas las situaciones de la vida.
Cada Ser tiene su misión y su propósito y nadie sabe realmente cuándo la oruga debe trascender para convertirse en mariposa. Es evidente que en áreas donde otros obtienen éxito y esplendor, tú no recibas la misma sensación ni recompensa. Del mismo modo, en diferentes áreas donde tú encuentras el triunfo, otros no podrán acceder simplemente porque su camino es otro y único.
Lo creas o no, todo tendrá sentido al final y hasta entonces, disfruta de la aventura dentro de tu propio libro y ten por seguro que eres importante en esta historia porque de lo contrario no formarías parte de ella.
Sólo por un instante cierra los ojos, respira, alza tus brazos al Cielo y siente lo importante que eres para todo tu cuerpo que late, piensa, filtra, aprende, vibra, siente, ama y crece sólo para Ti.
Recuerda que lo más importante no es compararse con la luz o las sombras de los demás, sino que pase lo que pase a tu alrededor lo verdaderamente importante es brillar con luz propia.
Prof. Denis Astelar
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